Justicia eterna
Justicia eterna
Decir LA JUSTICIA es caer
en eufemismo ingenuo y falaz que disfraza y oculta los intereses que inficionan
y determinan al PODER JUDICIAL, poder oscuro, de pretensiones aristocratizantes
y acendrada cultura corporativa. Pesan sobre él muy pobres controles
ciudadanos, y son abundantes sus vínculos con el gran capital. Agencias
extranjeras disfrazadas de organismos internacionales cultivan su amistad con
solícitas invitaciones a foros turísticos de capacitación y negocios.
Tito Livio, en el libro
XXXIII-46 de 'Historia de Roma desde su
fundación', cuenta que doscientos años antes de Cristo . . .
“En aquella época era dominante en Cartago el
estamento judicial, debido sobre todo a que los jueces lo eran de por vida. En
su poder estaban la hacienda, la fama y la vida de todos; cualquiera que
ofendiese a un solo miembro de aquel estamento los tenía a todos en contra, y
con unos jueces tan hostiles no faltaban acusadores.
Cuando éstos detentaban un poder tan
incontrolado, pues no hacían de sus desmedidas atribuciones un uso respetuoso
con los derechos civiles, Aníbal, nombrado pretor, mandó llamar a su presencia
al cuestor. El cuestor hizo caso omiso, pues por una parte pertenecía al
partido contrario y por otra, como de la cuestura se pasaba a la judicatura,
estamento poderosísimo, adoptaba ya unas maneras acordes con el poder que
pronto iba a tener. Aníbal estimó que esto era francamente inadmisible y envió
un subalterno a arrestar al cuestor.
Una vez conducido ante la asamblea, lanzó sus
acusaciones tanto contra él en particular como contra el estamento de los
jueces, cuya arrogancia y prepotencia eran la causa de que ni las leyes ni los
magistrados sirvieran para nada.”
Cuando se percató de que su discurso tenía una
favorable acogida, ya que hasta los más modestos sentían la arrogancia de los
jueces como un peso para la libertad, inmediatamente propuso y sacó adelante
una ley según la cual los jueces serían elegidos por un año, y nadie lo sería
dos años consecutivos.
Pero todo lo que esta medida tuvo de popular
entre la plebe lo tuvo de ofensiva entre gran parte de los influyentes.
Los falsos republicanos
que cantan loas a Roma y su virtud olvidan narrar esta historia.
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