La caída
La caída
-¿Vos también te
quedaste sin whatsapp?- Contesto que no me había dado cuenta, pero que parece
que sí, y le recomiendo unos libros a mi amigo (que ha de pensar que soy un
pesado, como Sancho cuando dispara refranes ante cada comentario).
La silla del
águila, el último de Carlos Fuentes, comienza en 2020, a
quinientos años de la entrada de Hernán Cortés en Méjico. Ante una invasión de
los EEUU a Colombia, el gobierno mejicano decide que ya han ido demasiado
lejos, que el abuso gringo no puede seguir siendo tolerado. Denuncia tratados y
rompe relaciones diplomáticas, en un tardío acto de dignidad. No hay guerra,
pero los yanquis los desconectan de los satélites de comunicaciones, y como ese
Méjico ha resignado toda autonomía, se queda sin Internet, teléfonos, radio y
TV. Vuelven al papel y la tinta. La novela es la secuencia de cartas entre los
protagonistas de la élite de gobierno. Las cartas personales, secretas, entre
uno y otro van revelando una trama de hipocresías y dobleces que dan sabor a la
historia. El texto muestra una sociedad que recae abruptamente en el género
epistolar, y recupera una intimidad cuyas miserias están ocultas para los
protagonistas. El único que ve todo, el único que accede a la privacidad de
cada uno, es el lector.
En el mundo
tecnológico, alienado y represivo de Fahrenheit
451, aquella pesadilla futurista de Bradbury en que los bomberos queman
libros, su protagonista recuerda una noche terrible de su infancia, la noche
que se cortó la electricidad y quedaron solos con su madre y sus hermanos sin
luz y sin TV. Esa noche aprendió a mirar las estrellas y a escuchar los sonidos
y el silencio de la noche.
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