preguntas retóricas – piquetes cacerolas
preguntas retóricas – piquetes cacerolas
Han pasado las elecciones y la
alianza CAMBIEMOS gobierna la Argentina. Algunos amigos se preguntan -creo que
retóricamente- por qué hacen silencio ahora los que hasta ayer clamaban por las
mineras, los pueblos originarios y el medio ambiente; por qué ya no exigen
seguridad, honestidad de los gobernantes y mejores sueldos docentes.
Quienes presionaban todo el tiempo,
con todo lo que pudieran, para exponer a Cristina como una porquería, ¿por qué
están calladitos ahora? Arriesgo: porque
no les importa nada de todo eso.
Son herederos de la falsa tradición
liberal argentina; racistas y clasistas que buscan la prebenda estatal en su
exclusivo privilegio pero que -vergonzantes- quieren presentarse al mundo como
ciudadanos universales y modernos.
Añoran al gaucho dócil de Don Segundo
Sombra, al esclavo comprensivo de Tío Tom y al indio muerto por Pizarro; pero
rechazan a Evo Morales o al cabecita negra que le pide empleo registrado.
Y mucho europeo pobre y perseguido,
apenas desembarcado, influido quizás por un iluminismo escolar que lo halagaba,
se recupera rápido -en sí o en sus descendientes- como racista; y en mezquina
actitud de recién llegado busca quitar a quien viene atrás la escalera por la
que él mismo fue ayudado a subir.
Como no les gusta dar esa imagen se
dan lustre de cultos y de progres, hablan de la cultura del trabajo y se ven a
sí mismos como serios.
Individualistas y miopes, creen que
su destino se forjó en virtud exclusiva de un esfuerzo propio y personal que en
nada depende del país ni su gobierno.
Solamente cuando el corralito
bancario les quitó sus ahorros vino la reacción furiosa, miraron a su costado,
vieron a los negros, se vieron con los negros, y se vieron negros. Y con tonos
de épica maximalista estalló el -prendido con alfileres- "piquetes
cacerolas la lucha es una sola".
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